CONCIENTIZACION SOBRE EL RIESGO MOTOCICLISTICO


Manejar una moto NO es fácil y SI, exige más habilidad, concentración y práctica que la conducción de un automóvil.  Por qué?  La respuesta es muy sencilla: pilotear una motocicleta conlleva algunos riesgos que no se aplican a la conducción de un carro o camión.  Una moto no tiene la estabilidad y tracción de un carro porque sólo tiene dos ruedas y eso exige mucho equilibrio (especialmente a baja velocidad), aparte de que en una moto somos mucho más vulnerables ante una caída o accidente porque tenemos menos protección a favor.  Debido al factor de tamaño vehicular, una moto es más difícil de detectar que un carro, un bus o un camión de carga pesada, y se requiere de un ojo muy entrenado para ver y calcular la distancia y velocidad de esa moto. Lastimosamente muy pocos automovilistas pueden jactarse de tales habilidades de detección en carretera, sobre todo los que van hablando por teléfono o haciendo cualquier cosa menos manejar.  Esto y todo lo anterior nos deja en una posición muy poco ventajosa, especialmente en las intersecciones y autopistas.  
No en vano nuestra familia, amigos y hasta desconocidos, casi como por mandato de una ley universal, nos empiezan a llenar la cabeza con panoramas y metáforas poco alentadoras que tienen que ver con donar órganos, firmar testamentos y tomar pólizas de vida y nos hablan por enésima vez de la famosa “carrocería” de la moto. A fin de cuentas, es aquí donde todo mundo tiene decenas de  “expertas” opiniones y anécdotas que ofrecer, como la del tío lleno de pines después del accidente en moto de hace 30 años (ebriedad, falta de casco?), el hijo del vecino que se compró una flamante moto de muchos millones de colones pero que ahora está internado en el CIMA porque pensó que era muy carga para manejar una “panadera” y se pasó de listo en carretera, el amigo de un conocido que no se amarraba nunca el casco y pasaba mensajes de texto mientras iba en moto que ahora está tres metros bajo tierra…Las historias de miedo sobran y tampoco son infundadas, pero están inscritas en un marco cultural donde la gente cree que:

*Aprender a andar en bicicleta es de niños y se aprende sin protección y a punta de caídas

*Aprender a manejar un carro se hace con un amigo o familiar

*Pagar clases de manejo profesionales es una tontería y pérdida de dinero

*Se piensa que a uno no le va a pasar nunca nada y que ahí “se la puede ir jugando”

*Una moto automática (scooter) no requiere de absolutamente nada de entrenamiento y al comprar una se resuelven mágicamente todos los problemas de transporte.

Con esta colección de mitos e imprecisiones conceptuales, no es de extrañar que la gente se quede con sólo una cara de la moneda: aquella donde sólo hay accidentes y tragedias en moto y donde tantos motociclistas se tiran a las calles sin preparación adecuada y terminen pagando las consecuencias en moto y pellejo propios. Esto NO tiene que ser así!

ACEPTACION DEL RIESGO

Algo hay que entender muy bien cuando se conduce una moto: las caídas y los incidentes está siempre a la orden del día. Reza el famoso dicho de sabiduría motociclística que sólo hay dos tipos de motociclistas: los que ya se cayeron y los que están por caer.   Con esto en mente, hay que detenernos a pensar por unos minutos en qué tanto riesgo estamos dispuestos a aceptar. Si definitivamente la posibilidad de una caída, por más ligera que sea, es inaceptable para alguien, esa persona debería considerar si realmente el motociclismo es para él o ella. Si aún los Grandes del Motociclismo no logran salvarse de vez en cuando de uno que otro aterrizaje, sería ingenuo, por decir lo menos, pensar que nosotros nos vamos a salvar de lo mismo siempre.

Toda actividad que realizamos a lo largo del día entraña un cierto riesgo. Amanecer y levantarnos de la cama, salir de la casa, transportarnos en carro o en bus al trabajo, ir al cine o a la casa de los amigos son acciones que en mayor o menor medida y dependiendo de un sinnúmero de factores pueden significar más riesgo o menos para nosotros.  Desde esta misma óptica, andar en moto no es tan diferente.  Una vez que se adquiere conciencia de los riesgos asociados al motociclismo y se aceptan como parte del paquete, comprendemos que es hora de aprender a manejar esos riesgos para mantenerlos dentro de un mínimo razonable y más aceptable.

                                                                                     
MANEJO DEL RIESGO…calzando las botas del Motociclista Superior

Un “buen motociclista” puede poseer muchas habilidades, como controlar la moto a la perfección a baja velocidad, tomar curvas rápidas y precisas, evadir obstáculos y frenar con precisión casi mecánica. “El buen motociclista” puede también manejar sin ir volando por la pista y anticipar los riesgos como si tuviera un sexto sentido, evitando por completo (o al menos en gran medida) situaciones comprometedoras y a todas luces peligrosas.  En realidad la definición y capacidades de un “buen motociclista” pueden estar bien abiertas a debate; sin embargo, lo que es indiscutible es que ese Motociclista se va a caracterizar por un fuerte deseo y motivación de reducir el riesgo general al que se expone por el solo hecho de montarse en la moto y empezar a rodar.  La práctica constante y una actitud positiva son de enorme ayuda, pero sobre todo, lo que diferencia al Motociclista Superior del promedio, de esos que no usan accesorios de protección, que andan el casco mal puesto, van mandando mensajes por celular y en general pasándose de listos, es una estrategia cuidadosamente trazada y a prueba de balas para evitar los problemas de cualquier tipo.

El “a mí no me va a pasar”  y el “ahí me la juego” van en contra de la esencia del Motociclista Superior, quien sabe que su habilidad no debe ser excusa para bajar nunca la guardia porque en el pasado “jugársela” hizo que “sí le pasara” y sabe que, incluso aplicando la mejor estrategia defensiva en la conducción, aún le puede pasar.  En este contexto, a sabiendas de que el riesgo siempre va a estar presente en mayor o menor grado,  siempre es posible manejarlo y hasta minimizarlo.  

Una de las formas más efectivas de manejar el riesgo es primero estar conscientes de los problemas potenciales y luego, tener un plan específico  para minimizarlos.
Conocer los riesgos debe llevar a reflexionar sobre los márgenes de seguridad, que se refieren a: 1) mantenerse dentro de los límites de nuestras habilidades; 2) mantenerse dentro de los límites de nuestra moto, en especial de los de tracción; y 3) mantenerse dentro de los espacios de tiempo y espacio disponibles para hacer frente a situaciones de transito riesgosas antes de que se transformen en emergencias.

Tratando de adaptar el acrónimo inglés de la estadounidense MSF (Motorcycle Safety Foundation), SEE (Search, Evaluate, Execute), les propongo unas siglas similares de mi propia cosecha en español: VER (Vigilar, Evaluar, Reaccionar).  Detrás de la estrategia VER vamos a encontrar una gran herramienta para analizar qué es lo que sucede realmente en carretera mientras constantemente vamos planeando y reajustando los pasos a seguir.  VER se refiere a Vigilar todo lo que se mueva (o no) antes de caer en una situación comprometida, Evaluar cómo las distintas variables en carretera se pueden conjugar para ponernos allí, y reaccionar ante una posible amenaza vial  para preservar nuestros márgenes de seguridad. 

La Estrategia VER es actuar como si estuviéramos a cargo de una delicada misión de inteligencia al mejor estilo de la KGB y CIA combinadas; es empezar a formarnos en la constante disciplina mental de preguntarnos qué va a ser ese chofer de adelante (que parece que viene irresponsablemente hablando por el celular), qué pasa si ese conductor no me ve?, qué hago si hay un hueco, arenilla o una manchota de aceite en la curva que tengo unos segundos adelante, qué pasa si el carro se brinca el Alto o semáforo a pesar de que yo llevo el derecho de vía en una intersección, que hago si me sale un taxista psicópata que me persigue varios kilómetros porque le pité al brincarse un semáforo en rojo e invadir mi carril?  Estas situaciones del día a día motociclístico tienen un común denominador: si no se sigue una estrategia estricta y bien planificada fácilmente podemos aparecer en los titulares de La Extra y en las Notas Luctuosas de La Nación.  En pocas palabras, nuestra supervivencia, al mejor estilo de Darwin, depende de utilizar constantemente la Estrategia VER y volvernos maestros en ella.

Una excelente oportunidad de ir desarrollando la estrategia VER es mientras vamos aprendiendo las habilidades básicas del motociclista a través de los ejercicios en el Parqueo (en la Escuela de Manejo BMW Motorrad Costa Rica), donde a menudo vamos a tener a varios aprendices circulando simultáneamente.  El esforzarnos en tratar de mantener siempre una Conciencia del Entorno durante las prácticas de parqueo nos va a empezar a hacer más fácil la transición a la Jungla de Asfalto (sí, está llena de animales y trampas!)

De más está decir que estar siempre preparad@ para más que para menos es una cuestión de responsabilidad y madurez a la hora de pilotear la moto y que por más que avancemos en la meta de convertirnos en ese Motociclista Superior, esto es un proceso que nunca termina!

R.





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